Yoga en la escuela: una clase para todos

Larisa Arellano


Estamos en una época donde reconocemos la diversidad, en los medios, en la política, en los deportes y en la escuela. La diversidad educativa es un reto que afrontará la escuela junto con los padres de familia para construir una sociedad solidaria y respetuosa con los demás.

La diversidad educativa es un reflejo de nuestra sociedad. Los niños tienen que aprender que todos tenemos particularidades y respetar esas individualidades. Por eso, se habla tanto de inclusión educativa: un niño que respeta la diversidad será un adulto educado y alejado de actitudes que favorecen la violencia.

Como dijo Jean-Paul Sartre: “Nadie es como otro. Ni mejor ni peor, es otro”. Por lo cual resulta esencial enseñar el concepto de diversidad desde pequeños, para que aprendan a convivir. Porque así es el mundo que se van a encontrar.

Sin embargo, también estamos llenos de similitudes, estímulos, saturados de información y de un ritmo frenético, lo cual dispersa la atención de los niños en diferentes direcciones. Todos lidiamos con el estrés, emociones conflictivas y experiencias difíciles.

La práctica de yoga en la escuela en una clase para todos, con nuestras particularidades y similitudes, aporta a los niños diferentes herramientas que tienen como objetivo la relajación y tranquilidad en momentos de cansancio o excitación.

A través de los distintos ejercicios, el yoga mejora la memoria, la atención y el aprendizaje, a la vez que hace conscientes a los niños de sus propias emociones.

Nuestra escuela ve el yoga como una práctica beneficiosa, que permite a los niños reflexionar y conocer su propio cuerpo. Este hecho es clave para que los niños aprendan a detectar cambios en sus actitudes y pensamientos, para tomar decisiones más acertadas pero sobre todo más responsables y con experiencias para el aprendizaje.

El yoga es una práctica para todos, porque otorga autonomía, nos hace capaces y fortalece de forma sana la autoestima, así mismo nos ayuda a interiorizar, autoconocernos y con ello ser más empáticos.

La práctica de yoga es capaz de zanjar las barreras educativas y las necesidades especiales ya que respeta el proceso personal, desarrollando la autoconfianza y descubriendo nuestras fortalezas.

El yoga es para todos.

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